Los años de la tribuna 1950 - 1964

ISBN: 978-987-9267-92-9

Año:

25x23 cm Páginas: 240

Editorial:

Los años de la tribuna 1950 - 1964

Autorxs: Joaquín Chiavezza Blas Persia


 

En 1950 Rosario tenía cerca de medio mflón de habitantes. Además de puerto. e~ipcr o comercial, centro administrativo y financiero, era la segunda o tercera ciudad industra del país, con unos 6.500 establecimientos en los que trabaaban alrededor de 47.000 obreros, casi el diez por ciento de la población. Fábricas y talleres de todas las ramas, diseminados dentro de los límites del municipio, formaban parte de un paisaje suburbano de paredones, tinglados, casas bajas, calles de tierra, zanjas, vías, asentamientos precarios y terrenos baldíos. En contraste, la fisonomía arquitectónica del centro empezaba a desarrollarse en altura a partir de la ley de propiedad horizontal.

 

Para 1964, hasta donde llega el período de esta selección de fotos de Joaquín Chia-vazza y Blas Persia, había unos doscientos mil habitantes más que en 1950. El saldo se debía menos al crecimiento vegetativo de la población que a los aportes migratorios de otras provincias, atraídos por el proceso de industrialización del sur santafesino. Rosario sumaba para entonces unos 10.000 establecimientos fabriles dentro de su perímetro, sin contar las plantas petroquímicas, siderúrgicas y metalmecánicas que se habían instalado en las localidades vecinas al entrar en vigencia las leyes de promoción industrial y radicación de capitales extranjeros, que dieron origen al denominado cordón industrial del Gran Rosario.

 

Entre una fecha y otra se ubica 1957. La torre de setenta metros del Monumento a la Bandera introducía oficialmente una nueva marca en la silueta de Rosario, redibujando su vista desde el río. Casi por imitación, un número considerable de esqueletos de hormigón de diez y más pisos se levantaron en lotes de casas-chorizo demolidas, dando lugar a torres de oficinas y departamentos de uno o dos cuerpos, con galerías comerciales en planta baja, que intercalaron sus perfiles racionalistas entre las antiguas edificaciones de las manzanas céntricas.

 

El motivo general de la fotografía de Chiavazza y Persia, la vida social de Rosario a mediados del siglo XX, abarca los hechos párticúTares de casi todas las categorías. Con sus vistas de los distintos sectores de la ciudad, perspectivas de calles y avenidas, registros de obras públicas, instantáneas de la actividad industrial y comercial, escenas del trabajo, la política, la cultura y el deporte, Chiavazza y Persia se colocan al final de la tradición documental inaugurada en la década de 1860 por los fotógrafos viajeros, como el alemán George Alfeld, y continuada por la primera generación de fotógrafos argentinos, como los hermanos Santiago y Vicente Pusso que registraron, desde un punto de vista ilustrado, la vida pública y el desarrollo económico de la ciudad entre 1890 y 1910. En relación a la práctica de sus precursores positivistas, los reporteros gráficos de La Tribuna produjeron un giro periodístico hacia una imagen de carácter más popular.


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